jueves, 11 de febrero de 2010

Cereales y Sostenibilidad


Trás una conversación con una muy buena amiga, me siento inspirada hablar hoy del sistema de producción de la comida que tenemos, y la fé ciega que le damos. También me está inspirando mucho el libro que estoy leyendo: "The Vegetarian Myth", por Lierre Keith. Es un manifiesto personal; un libro rebosando de pasión, dolor y deseos para un mundo más justo y más sostenible.

Durante 20 años, Keith no comía ni carne, ni huevos, ni productos lácteos ni ningún derivativo de animales ni productos animales; seguía una dieta bien estricta por su convicción de que podía sacar todas las vitaminas y minerales escenciales de comida vegetariana, y de que la producción de carne, lácteos, o cualquier producto de orígen animal era inmoral; por causar la muerte de un ser vivo y por su insostenibilidad intrínseca.


Sin embargo, "The Vegetarian Myth" es un manifesto contra el vegetarianismo; contra la idea que la agricultura de cereales puede solucionar el problema de hambre mundial, y contra la idea que la producción de carne es insostenible en si. Es un libro fuerte, poderoso y triste, de todo que aprendió ella y todos sus razones para volver a comer productos animales con gusto y el placer de saber que no está haciendo daño al mundo. Como ves, me tiene bien enganchada. Hoy no intentaré explorar ni la mitad, ni el cuarto de sus argumentos; tan complejos y multiples que son. Me satisfago por sólo ver, con esta vista tan breve, una clave de su razonamiento que me ha hecho pensar tanto; la insostenibilidad intrínseca de la agricultura industrial.
Voy a intentar quedarle corta esta entrada, porque si no, seguro que acabaría yo copiando y pegando el libro entero, inundando mi blogito con sus investigaciones, explicaciones y sabiduria.

Como nos explica Keith, la agricultura industrial, basada como es en monoculturas, causa el agotamiento acumulativo de la tierra. Representan sitios artificiales que sólo consiguen producir tanto por el uso de fertilizantes de nitrógeno (que vienen de combustibles fósiles). El uso de los fertilizantes y el crecimiento de sólo un cultivo año trás año hace que el terreno en si sea menos capaz de mantener vida, y que se reduzca la capa arable ("topsoil" en inglés; la parte de la tierra que contiene el mantillo y la masa fértil).
La mayoría de la agricultura hoy en día es de plantas anuales; cereales. Eso requiere plantación y cultivación anual. Este proceso causa el cárbono que está atrapado en las plantas salir al aire; agregandose a la sobrecarga de gases de efecto invernadero que ya tenemos en la atmósfera. A mucho terreno bajo cultivación permanente de cereales sólo le queda el 1% de su materia orgánica (1). Este no es un efecto que podemos invertir; el daño ya está hecho, y tardaría miles de años en recuperarse.

También, nuesto sistema de producción industrial depende tanto de cereales que se nos ha ido la pinza totalmente, que ya los estamos usando donde no se deben de usar. Ya alimentamos todos nuestros animales con cereales; animales, esos son, que no sobreviven comiendo una dieta basada en tanta maíz, tanto trigo o tanta soja (2). No sólo causa problemas de salud a los animales sino a los que les comen también, o los que toman su leche (3).
Incluso, nuestra obsesión con los cereales pone en peligro el resto del mundo también. Cómo demuestra Keith, el exedente enorme de cereales del mercado americano (causado por subsidios gubernamentales) se manda a otros países, y se vende a precios tan bajos que los cultivadores locales no pueden competir. Cómo en Ghana, un país que era autosuficiente en arroz, con tanto que podía exportar lo que sobraba. Ahora, sin embargo, importan su arroz desde países desarrollados, y los granjeros se han quedado incapaces de dar de comer a sus familias (4).
Según Oxfam, nos dice Keith, los precios tan bajos de exportaciones de los EEUU "destruyen agricultura local y crean un mercado captivo" (5)

El quid de la cuestión, según Keith, es una vuelta a sistemas de producción basados en animales y hierba; el uso de pastoreo y una assimilación de los procesos que econtramos en la naturaleza; animales comiendo hierba; el uso de su estiércol como abono natural; menos cultivación de plantas anuales.

Los argumentos de Keith son mil veces más complejos de lo que acabo de explicar, pero aquí hay algo de una base y una clave esencial; el sistema de agricultura y ganadería industrial en que dependemos hoy en día es completamente insostenible.


(1) Graham Harvey: "The Carbon Fields", pg 16
(2) Si realmente tienes las ganas de sabar más sobre las enfermedades de las cuales sufren las vacas que reciben esta dieta, lee "The Omnivore's Dilemma" por Michael Pollen, pero te aviso que tiene algo que ver con hinchazos, diarrea, úlceras, problemas del higado, y asfixia.
(3) más información: http://lapasteleraculpable.blogspot.com/2009/10/la-leche.html
(4) Lierre Keith: "The Vegetarian Myth" pg 116.
(5) ibídem

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